No es buscar la perfección, es buscar la felicidad...

Todos necesitamos un hombro donde llorar nuestras penas, un corazón que abrace nuestras alegrías, una persona que este ahí haciéndote sentir la persona más feliz del mundo y sintiendo esta persona la mismo por el mero hecho de estar junto a ti.
Pero es muy duro pensar en que no sabes quien es esa persona, muchas creías que lo eran y te equivocaste, y muchas llegarán y te equivocarás y lo único que puedes hacer es rendirte ante la impotencia que se siente día a día por no ser feliz.
Porque tienes amigos, familia, buenas notas y mil motivos más para sonreír día a día, lo haces pero con el dolor de que no es suficiente.
Te miras al espejo y ves que poco a poco el paso del tiempo te ha cambiado, malas experiencias del pasado, esperanzas del futuro rotas que al fin y al cabo te han hecho ser como eres e intentas cambiar.
Es miedo, inexperiencia, dudas... todo se acumula a la hora de dar cada paso hacia adelante. Es odioso como el ser humano se preocupa más de aparentar ser feliz ante los demás que conseguir su verdadera felicidad.
Ya seguir esperando no vale, aunque seguramente sea lo único que haga...