Atónito, me limitaba a observar sus gestos y a sonreír, no sabía cuanto le agradecía que esa noche estuviera conmigo. Alguien volvió a darle sentido a la complicidad que pocas veces se siente, pero muchas veces se intenta. Me preguntaba si eso era lo que parecía o si de verdad era la persona perfecta que mi vida imperfecta necesitaba en ese momento. Llevaba años sin rozar una piel con tanta confianza, sin sentir esa serenidad, sin sentir que tenía todo lo que necesitaba, sin clavarme dentro de una mirada y lo conseguía en cada beso, en cada instante con ella. Podéis llamarlo casualidad, complicidad o acierto. Sucedió.
Cuestionarse la existencia de personas perfectas que completaran tu vida imperfecta era algo inevitable y hasta nos acostumbramos a ello. Sin embargo, empezar en Diciembre con la casualidad más bonita de esta amarga historia y dejar de lado decepciones pasadas, fue la primera de las soluciones. Muy pocas veces la Luna nos había escuchado.
Atónito, me limitaba a observar sus gestos y a sonreír, no sabía cuanto le agradecía que esa noche estuviera conmigo. Alguien volvió a darle sentido a la complicidad que pocas veces se siente, pero muchas veces se intenta. Me preguntaba si eso era lo que parecía o si de verdad era la persona perfecta que mi vida imperfecta necesitaba en ese momento. Llevaba años sin rozar una piel con tanta confianza, sin sentir esa serenidad, sin sentir que tenía todo lo que necesitaba, sin clavarme dentro de una mirada y lo conseguía en cada beso, en cada instante con ella. Podéis llamarlo casualidad, complicidad o acierto. Sucedió.
Atónito, me limitaba a observar sus gestos y a sonreír, no sabía cuanto le agradecía que esa noche estuviera conmigo. Alguien volvió a darle sentido a la complicidad que pocas veces se siente, pero muchas veces se intenta. Me preguntaba si eso era lo que parecía o si de verdad era la persona perfecta que mi vida imperfecta necesitaba en ese momento. Llevaba años sin rozar una piel con tanta confianza, sin sentir esa serenidad, sin sentir que tenía todo lo que necesitaba, sin clavarme dentro de una mirada y lo conseguía en cada beso, en cada instante con ella. Podéis llamarlo casualidad, complicidad o acierto. Sucedió.
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